domingo, 17 de febrero de 2013

El hombre de Grafeneck. Félix Jaime





Otra de las reseñas de esta lectura conjunta que organicé. Me han encantado las reseñas ya hechas, y el libro ha gustado. Sigo recomendándolo desde aquí. Sé que es en una época que echa para atrás a mucha gente, pero entre que es muy bueno, la exhaustiva documentación, y que la historia hay que conocerla para no repetirla… creo que es una obra que debería estar entre nuestras lecturas.

El libro me llegó de la mano de ediciones Tagus, que me lo ofrecieron para leerlo y reseñarlo. He de decir que tardé algo en ponerme con él. Si llego a saber cómo era, me pongo mucho antes, jejeje. Tarde, pero segura, lo leí… y me llenó.

Propuse la lectura conjunta porque no sólo el libro me gustó, sino que lo veo imprescindible: atrapa, por supuesto, pero tiene mucha miga y trata de una época que me apasiona y que el mundo debe conocer, cuanto más profundamente mejor, para que nada ni siquiera parecido vuelva a ocurrir. Vamos a la novela pues.

Sanatorio de Grafeneck

Muchos fueron los horrores en la época de Hitler: los asesinatos de mujeres y niños sólo por ser judíos, ancianos, demasiado jóvenes, maduros pero débiles… daba lo mismo. Si no servían para el régimen, no tenían por qué vivir. Los judíos, gitanos, homosexuales… nunca valían, no eran arios. Y aún siendo alemanes, si eran “inservibles”, ¿para qué gastar dinero en ellos? Aquí entraban los disminuídos, tanto físicos como psíquicos. A lo largo de su vida el estado debía gastar cantidades ingentes de dinero en ellos y, ¿para qué? De modo que con ellos idearon las cámaras de gas, que en un principio fueron los camiones, a los que se cerraba herméticamente y se introducía en ellos el gas del tubo de escape. Más tarde se perfeccionaron, dando lugar a las cámaras de gas, donde dicho gas se introducía por los orificios de las duchas.

Esta obra se centra en una de estas clínicas y en uno de los peones que Hitler y sus secuaces utilizaron para este fin. La clínica: el sanatorio de Grafeneck. El hombre: Lorenz Hackenholt. El autor buscó a un hombre real, del que al terminar la guerra no se supo nada, para poder utilizarlo en su novela.
Lorenz Hackenholt
 

Por otra parte, el novio de Sandra Limonero, una joven madrileña de la actualidad, ha sido asesinado hace relativamente poco en condiciones raras, y Bernardo Soto es un escritor que ha perdido la inspiración desde que su mujer ha muerto. Se conocen y se alían para descubrir qué hay detrás de ese asesinato, poniéndose ellos mismos en peligro en el intento.

Todos los personajes de la novela están muy bien definidos, siendo una de las cosas que más me gusta que, para definirlos, el autor no utiliza excesivas descripciones, sino que les hace hablar, actuar, moverse Y en base a ello vemos su interior. No es necesaria una descripción cuando hay una buena imagen… y la imagen también puede escribirse.

Se alternan capítulos de una y otra trama, que al final se unen en el asesinato del novio de Sandra… que sabía demasiado, al parecer. Y es que, aunque nos parezca horrible, en la actualidad aún hay secuelas del nazismo, aún hay neonazis, y hay grupos que siguen defendiendo aquellos horribles ideales de la raza superior. Por eso el conocer la historia. Por eso el intentar que no se repita, con novelas, con películas… y de todas las maneras posibles. Todo esto no es sólo ficción. Acercándonos a internet podemos ver foros donde personajes de esta calaña hablan y amenazan… Un pena, pero real y peligrosa.

La documentación del autor ha sido excelente, en lugares, situaciones y vida interior de los personajes, con los que te identificas y con los que sientes o te horrorizas. Lorenz, el personaje que cada vez es más frío, pues ha de obedecer a sus superiores y deja de plnatearse cuestiones morales que al principio se planteaba. Sandra, vital, animosa… que anima tanto a seguir con la investigación como a vivir a Bernardo, irónico, divertido, pero sumergido en una pena que arrastra desde la muerte de su mujer, y que necesitaba algo que le devolviera a la vida, lo que encuentra en Sandra y la investigación.
Mantener con vida a este hombre cuesta 60.000 marcos al año

Con respecto a Lorenz, uno se termina por plantear qué habría hecho él o ella en una situación así. ¿Obedecer? ¿Huir? ¿Intentar desaparecer? Qué elección más difícil. Es fácil decir desde aquí y ahora que huir y enfrentarse pero… si se tienen hijos, si peligra su vida… En fin, que vemos la evolución posible de uno de los hombres destinados a aniquilar a otros seres humanos para mejorar la raza aria. Sólo una posible evolución, pero hace pensar, y mucho.

Lenguaje directo, claro pero elaborado, sencillo pero culto, de ese lenguaje que él mismo atrapa. Estilo que anima al lector a seguir, al alternar capítulos duros con otros irónicos, pero todos interesantes. Novela que hay que seguir leyendo hasta terminarla.

Y con respecto al final, yo es que no veo muchos finales posibles más… aunque parezca de peli. ¿Por qué no hacer una película con la novela? Nada, nada, a ver si algún productor de cine nos lee, que merecerá la pena.

Enhorabuena, Jaime, por tu novela. Os la recomiendo encarecidamente a todos.
 

martes, 5 de febrero de 2013

Dicen que estás muerta. María Zaragoza




Novela que me mandó el grupo Anaya, entre sus novedades en Algaida Eco, y desde aquí se lo agradezco.
Me ha resultado extraña... la verdad es que yo le quitaría la mitad de las páginas... y entonces igual sí era una novela interesante. Pero le he visto mucha paja, muchos pensamientos sobre temas "trascendentales" de la autora que, si bien no están mal, todos juntos cansan un poco. La vida y la muerte, el lado bueno y malo de cada uno, la posibilidad de todo el mundo de cometer un crimen en un momento dado...
Paula y Sansprénom son una pareja que sale a cenar en Madrid una noche .En el restaurante hay una chica en la que se fijan porque se parece a la ex de él. Al día siguiente saben que la chica ha sido asesinada. A partir de ahí, vamos conociendo la vida de la chica, las relaciones que tenía y que se enlazan unas con otras. Al final, casi todo el mundo puede tener razones para asesinarla... salvo el asesino, al que también conocemos, poco importante en el desarrollo de la obra, y el cual realmente no tenía motivo alguno para hacer lo que hizo.

Cada capítulo se titula como el rincón de Madrid donde sucede, salvo los que suceden en México D.F. (tres amigos que vienen de turismo a Madrid y son los que descubren el cadáver), y alguno en la playa de Barcelona, la Barceloneta. Incluso nos habla la propia muerta, después de su muerte, intentando descubrir quién la mató, y por qué.
Lo que más me ha gustado es reconocer cómo una muerte casual puede remover la vida de tanta gente. El novio de la víctima, que es tío de Paula, la propia Paula y su novio, y un amigo homosexual al que convencen para que les ayude a encontrar al asesino; una ex jefa de Luján, que así se llama la chica muerta, y que está medio enamorada de ella; un "noviete" nuevo de Luján, pijo y "niño bien" de Madrid...
Pero incluso con un asesinato, no es una novela negra. Es una novela de estilo romántico, pero hablo del romanticismo de Larra, por ejemplo. Romanticismo lúgubre, algo siniestro... en el que el amor juega un papel básico, pero no un amor arrebatado sino más bien un amor pensado, que va despacio. No se trata de descubrir al asesino, sino de descubrir por qué cada uno podría serlo. Y todo eso estaría bien, pero se me ha hecho muy larga. Páginas y páginas de reflexiones íntimas e intimistas que no pueden llevar a ningún sitio, porque cada uno es un mundo. 
Con respecto al lenguaje, es elaborado, a veces algo agobiante, incluso rebuscado. Se entiende bien, sí, pero no es lo sencillo que debería, a mi modo de ver. Lo peor es que he encontrado algunas faltas de ortografía. No muchas, dos o tres, pero es que me chirrían mucho, y más en un libro de papel. Pero en conjunto el lenguaje de la autora lo valoro bien.
Aparecen bastantes personajes, y todos están bien definidos. Cada uno tiene su parte de protagonismo, y consigue enlazar a todos en Luján, la muerta. Novios, amantes, amigos, conocidos...La obra está bien estructurada en su conjunto. 
Resumiendo: Si os apetece pensar un poco, la novela es buena y da qué pensar, eso hay que reconocérselo. A mí se me ha hecho un poco larga, pero quizá porque no me esperaba lo que era. Y a lo mejor es lo que pretende la autora.

sábado, 2 de febrero de 2013

Entrevista a Félix Jaime, autor de "El hombre de Grafeneck"

Para amenizar la espera hasta que empiecen a publicarse las reseñas de la lectura conjunta, podemos leer esta entrevista que le he hecho a Félix, hombre encantador, solícito, y que se prestó a responder con rápidez inusitada. De este modo le conocemos a él un poco... y un poco más de la obra. Aquí va:



 

Para conocerte un poco y que los lectores te conozcan, ¿A qué te dedicas aparte de a escribir?

Soy Arquitecto técnico, y trabajo en el mundo de la construcción desde que acabé mis estudios en 1986.


 ¿Desde cuándo escribes profesionalmente? Porque supongo que un escritor escribe casi desde siempre...

Bueno, tanto como profesionalmente…Ya me gustaría, pero para mí escribir de momento no ha pasado de ser una afición, un hobby, y a veces una válvula de escape. Me consideraré escritor cuando pueda vivir de ello, algo que de momento veo bastante lejano.


¿Por qué escribir sobre la Alemania nazi? Parece un tema muy común ahora, pero has elegido una temática no tan conocida (es uno de mis temas predilectos y he leído muchísimo sobre él, por lo que puedo decir que el tema de tu novela no es sumamente conocido).

Es un tema que siempre me ha gustado, tanto desde el punto de vista literario como cinematográfico. Elegí ese tema a partir de un libro que leí de William Shirer, “Diario de Berlín”, en el que mencionaba de pasada las esquelas en las que los familiares de los alemanes asesinados trataban de advertir de que algo raro estaba ocurriendo. De ahí partió la idea.



¿Ha sido muy difícil el trabajo de documentación para la novela?

No ha sido excesivamente difícil, sobre todo teniendo en cuenta de que en Internet se puede encontrar todo si se sabe buscar. Lo más complicado fue encontrar al personaje principal, que es real. Se trataba de buscar a alguien del que no se supiera nada desde el final de la guerra. Cuando di con Lorenz Hackenholt todo lo demás vino prácticamente rodado. Más que difícil fue doloroso en algunos momentos encontrar datos que ponían los pelos de punta.


Debe ser complicado pensar como podría haber pensado el protagonista de tu novela, un nazi, ponerse en su piel. ¿Qué opinas?

También existe bastante documentación sobre ese asunto, muchos documentos que tratan de analizar las razones para que aquellos hombres pudieran llevar a cabo lo que hicieron sin pestañear. El mismo William Shirer apunta varias razones. La obediencia, innata en el alemán, el sentido de raza, la falta de empatía… Me resultó muy complicada la transformación, pero una vez asimilado su papel de verdugo, resultó sencillo razonar como lo hubiera hecho él.

 



  Paralelamente está la historia de Sandra y Bernardo. ¿Por qué elegiste desarrollar dos historias?


La parte nazi me pareció demasiado dura como para desarrollarla sin intercalar una historia que le restara crudeza. Por otro lado, la historia actual surgió como una trama policíaca, y decidí mezclar las dos historias en una sola novela. Ya lo había hecho en una novela anterior, fallida, y me gusta esa estructura.


¿Tiene algo de alguien conocido por ti Bernardo Soto? Es que es un personaje que me ha encantado.

Ja ja ja… Los que me conocen bien dicen que es clavadito a mí en muchas cosas, y es verdad, aunque yo soy bastante más joven (nací en 1961). Se parece mucho en sus sentimientos hacia su mujer fallecida. Todo lo que siente hacia ella es mío, muy personal. También se lo parece en lo distraído, y en su fanatismo por el huevo especial Vips, jajajaja.


¿Qué haces primero, pensar y definir el argumento y los personajes, o documentarte?

Hago una estructura, capítulo a capítulo, una vez definidos los personajes. Esa estructura va variando a medida que escribo, intercalo elementos, nuevas ideas que se me van ocurriendo… Una vez que arranco a escribir, me documento. A veces invierto cierto tiempo en la labor de documentación y luego escribo tres o cuatro capítulos de tirón, pero suelo documentarme una vez que tengo definida la estructura.


Supongo que no debe ser agradable escribir algunas de las escenas, tremendamente duras, ¿no?

Nada agradable. Hubo noches en las que no podía conciliar el sueño. Y piensa que mientras me documentaba leía cosas más espeluznantes todavía que las que he reflejado en la novela, y visto películas, como “soah”, que te dejaban clavado a la silla una vez que terminaban.

Sanatorio de Grafeneck

Las editoriales, ¿qué opinan de tu novela? ¿Cómo te has decidido a publicar para vender en Amazon?

En el caso de “El hombre de Grafeneck” me llamó Planeta para publicarla en su sello digital “Tagus” cuando el libro estaba en Amazon, y tuve que retirarlo cuando firmé contrato con ellos. Publico en Amazon más que nada para dar a conocer lo que escribo, como antes hacía con Lulú o Bubok. Amazon es mucho más versátil, más sencillo y con una difusión de muy alto nivel.


¿Presentas tus obras a concursos literarios?

Sí, y de hecho Planeta me llamó porque la novela había quedado muy bien clasificada en un concurso convocado por ellos. Creo que resulta más sencillo darse a conocer a través de concursos literarios que presentando la obra directamente a una editorial o a un agente. Hoy en día este es un camino prácticamente cerrado, ya que ante la avalancha de nuevos escritores y la crisis, las editoriales apuestan por caballo ganador y resulta complicado hacerse un hueco.


Creo que has escrito además otras novelas, relatos y una obra de teatro. ¿Tienes pensada otra obra, o estás trabajando en alguna? ¿Cuál es de la que te sientes más orgulloso?

Ahora estoy trabajando en otra novela, y después tengo pensado escribir otra retomando a los personajes de Sandra y Bernardo y utilizando una novela anterior que resultó fallida, como te dije más arriba. De lo que más orgulloso me siento es de “El hombre de Grafeneck”, y después te diría “Vamos a contar verdades”, la obra de teatro. Disfruté mucho al escribirla.


¿Lees mucho? ¿A qué escritores admiras?

Sí, leo muchísimo. La lista sería interminable. Jack London, Lovecraft, Edgar Allan Poe, Borges, Pío Baroja y Unamuno marcaron mis primeras lecturas. Admiro mucho también a Stefan Zweig, Eduardo Mendoza, Kafka, Roald Dahl, Bukowsky, Paul Auster, Bioy Casares, Delibes (Delibes, mucho Delibes), etc. También leo mucho cómic. Hace un par de días leí un cómic titulado “El cielo sobre el Louvre” que me dejó completamente impactado. Considero el cómic tan digno como la mejor literatura, como hacen en Francia, y tenemos muy buenos representantes en España, como Paco Roca (el de “Arrugas”) o Miguelanxo Prado y su “Quotidianía delirante”.


¿Qué consejo darías a un escritor que quiere empezar?

No soy nadie para dar consejos, ya que no me considero todavía escritor, pero le diría sobre todo que se cargue de paciencia, que no deje de escribir en ningún momento (aunque esto huelga, porque una vez que empiezas se te mete en la sangre y no puedes parar), que lea mucho y que corrija siempre lo que considere acabado. Yo suelo dejar en cuarentena un tiempo lo que termino, y cuando lo retomo le doy la última corrección.


¿Qué se siente al terminar de escribir una novela? Al menos, qué sientes tú..

Un placer inmenso. Es como terminar cualquier cosa que empieces. La sensación de no haber estado perdiendo el tiempo es algo que no se paga con nada, y escribir te proporciona eso, además de otras muchas cosas como satisfacer la curiosidad, por ejemplo.


De los géneros que no has escrito, ¿te gustaría estrenarte con alguno?

Tengo un blog en el que cuelgo de vez en cuando artículos de opinión que podrían asemejarse a ensayos. Creo que es lo siguiente que me gustaría escribir. Me encanta el cine y de vez en cuando hago comentarios de películas en otro blog ligado al anterior. Para lo que me veo completamente incapaz es para la poesía. Ese es un campo en el que no creo que entre nunca.


Pregunta muy típica... pero ineludible: ¿Libro de papel, digital, ambos.....?

Creo que fue García Márquez el que dijo “lo importante es leer, el soporte es accesorio”, y yo opino exactamente eso. Hay libros que se tienen que leer en papel, como los de cómic que tanto me gustan, los ilustrados, las ediciones especiales. Otros se pueden leer perfectamente en digital, más cómodamente, con letra más grande… Yo utilizo los dos soportes y no sería capaz de renunciar a ninguno de ellos. Soy un fanático coleccionista de algunas colecciones concretas de literatura y leo siempre que viajo en un libro digital. Me quedo con los dos.



Para terminar, dinos tú algo que se me haya quedado en el tintero… que puede ser mucho.

Que me parece increíble la labor que hacéis los reseñadores en vuestros blogs con escritores que como yo acaban de empezar. Me parece un acto de generosidad muy importante leer algo que no esté anunciado a bombo y platillo en los medios al uso, y una muestra de criterio, libertad y sentido común a la hora de elegir. Gracias a reseñadores como tú hay más gente que conoce mi novela, y eso es algo que he aprendido a valorar como se merece, y que incluso ha cambiado mi forma de elegir a la hora de leer. Hay muchos autores en Amazon a los que merece la pena leer, y poco a poco lo estoy haciendo. Muchos son amigos, y otros se convierten en ello cuando los leo y me gusta lo que me encuentro. Creo que vuestra labor es una de las más importantes para descubrir esas joyas en bruto escondidas en ese gigante de Internet. Y además de todo, agradecerte de corazón la entrevista y la difusión que haces en tu blog de mi novela. Un abrazo, y gracias otra vez. 

Encantada de hablar contigo, Félix.

Os dejo en enlace a su libre, de la editorial Tagus, del que ya os digo que es muy recomendable, mucho

http://www.casadellibro.com/ebook-el-hombre-de-grafeneck-ebook/9788415623038/2019717 
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